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Desde hace siglos las playas sufren el acoso de los hombres. Green Peace ha propuesto ciertas medidas para solucionar este problema.
Desde el comienzo de las civilizaciones los territorios costeros han tenido una gran importancia, pues gracias al mar las comunicaciones se facilitaban y el transporte era más rápido.
Las poblaciones se instalaban en torno a estos espacios debido a su riqueza productiva, pero con el paso de los siglos estos asentamientos han ido en aumento y el mal uso realizado por el hombre ha supuesto una gran amenaza para las franjas marinas.
La urbanización masiva de viviendas y las instalaciones portuarias han modificado el perfil de los litorales, así como han marcado profundamente el paisaje. Los ecosistemas de la zona se están perdiendo y las playas están desapareciendo. Se estipula que el 90% del litoral español sufre problemas de regresión.
La contaminación es otro de los puntos fuertes que atacan cada año a las costas. El petróleo y los vertidos de aguas residuales sin depurar son dos de los temas más preocupantes.
Aunque no debemos olvidar el ya renombrado cambio climático, debido al cual los hielos de Groenlandia y los casquetes polares se están derritiendo a una velocidad exasperada. Lo que dará como consecuencia una subida del nivel del mar considerable.
A todo esto hay que sumar que, debido a los atractivos costeros, las ciudades del litoral crecen un 20% más rápido que las otras y tienen un 12% aproximadamente de mayor densidad.
Ante este desastre Green Peace propone ciertas soluciones como: no extraer arena de yacimientos submarinos; conservar la vegetación marina no retirando las algas o restos marinos que lleguen a la costa durante las estaciones de otoño e invierno, ya que ayudan a la retención de la arena; no construir ni en primera línea de costa ni sobre las dunas, a las que hay que proteger por constituir los depósitos naturales de arena de las playas; y establecer una moratoria en la construcción de nuevos puertos deportivos.
Desde el comienzo de las civilizaciones los territorios costeros han tenido una gran importancia, pues gracias al mar las comunicaciones se facilitaban y el transporte era más rápido.
Las poblaciones se instalaban en torno a estos espacios debido a su riqueza productiva, pero con el paso de los siglos estos asentamientos han ido en aumento y el mal uso realizado por el hombre ha supuesto una gran amenaza para las franjas marinas.
La urbanización masiva de viviendas y las instalaciones portuarias han modificado el perfil de los litorales, así como han marcado profundamente el paisaje. Los ecosistemas de la zona se están perdiendo y las playas están desapareciendo. Se estipula que el 90% del litoral español sufre problemas de regresión.
La contaminación es otro de los puntos fuertes que atacan cada año a las costas. El petróleo y los vertidos de aguas residuales sin depurar son dos de los temas más preocupantes.
Aunque no debemos olvidar el ya renombrado cambio climático, debido al cual los hielos de Groenlandia y los casquetes polares se están derritiendo a una velocidad exasperada. Lo que dará como consecuencia una subida del nivel del mar considerable.
A todo esto hay que sumar que, debido a los atractivos costeros, las ciudades del litoral crecen un 20% más rápido que las otras y tienen un 12% aproximadamente de mayor densidad.
Ante este desastre Green Peace propone ciertas soluciones como: no extraer arena de yacimientos submarinos; conservar la vegetación marina no retirando las algas o restos marinos que lleguen a la costa durante las estaciones de otoño e invierno, ya que ayudan a la retención de la arena; no construir ni en primera línea de costa ni sobre las dunas, a las que hay que proteger por constituir los depósitos naturales de arena de las playas; y establecer una moratoria en la construcción de nuevos puertos deportivos.
