viernes, 17 de abril de 2009

Entre la vida y la muerte

Cuando tienes a alguien hospitalizado te das cuenta de lo mucho que odias esos lugares, con sus largos pasillos, sus batas blancas, sus colores pálidos, sus gigantes ascensores, su peculiar olor...
Aunque, sin duda alguna, lo peor es ver a tu familiar, amigo, compañero, etc. postrado en una cama con ruedas de la cual no se puede mover, y aún es peor que tenga los ojos cerrados y no pueda ni verte ni responderte, teniendo como única esperanza, por tener algo, la sensación de que te escucha cuando le hablas y le das ánimos para que siga adelante, porque la vida es maravillosa, y le dices que tiene que luchar para poder salir de ese horrible lugar en el que está... pero no obtienes respuesta y te derrumbas. Sin embargo debes parecer fuerte delante suyo, pues no sabes si puede captar lo que sucede a su alrededor.
Incertidumbre, nervios, caos, dolor, lágrimas, esperanza, fe, amor... Un cúmulo de sensaciones que recorren tu alma hasta dejarte sin aliento, haciendo que tengas que abandonar la triste habitación cuyo exclusivo color es el de las flores marchitas que llevaste la semana pasada.

miércoles, 15 de abril de 2009

Dublín


Esta encantadora ciudad irlandesa caracterizada por sus múltiples lugares para tomar café y su estilo acogedor te marcará en el buen sentido de la palabra o, por lo menos, en mí lo hizo. Su reducido tamaño y sus edificios bajos harán que te sientas a gusto paseando por sus coloridas calles. Lo único que te podrá hacer parar será la lluvia, aunque con un buen chubasquero se soluciona el problema.
Pero si lo tuyo no es andar, siempre podrás montar en bicicleta por alguno de los tantos parques con los que cuenta la ciudad, y si decides hacerlo por carreteras abiertas al tráfico –que recuerdo: conducen por la izquierda– ten cuidado, porque es bastante peligroso.
Otra de las cosas por la que merece ser reconocida Dublín es la cerveza negra que fabrican, quizá por ello esta capital irlandesa cuenta con montones de borrachos que inundan las calles a cualquier hora del día. A pesar de que está prohibido beber alcohol en la vía pública se las ingenian para echarse en vasos de café la bebida. Sin embargo, debo decir que, en general, sus habitantes son bastante amables y confiados.
Así me despido de esta espléndida ciudad a la que os recomiendo encarecidamente que visitéis y espero que os guste tanto como a mi.

miércoles, 1 de abril de 2009

Moriremos asfixiados

En la supuesta mejor universidad de Madrid llamada Carlos III los alumnos no disponen de las condiciones de seguridad adecuadas. Las ventanas están atornilladas y no se pueden abrir, por lo tanto en caso de incendio quedarán atrapados sus estudiantes, pues tampoco cuenta con salidas de emergencia.
Alguien habrá pensado que, en el peor de los casos, sería posible romper el cristal y saltar... pero esto es imposible, ya que se cuenta con una especie de persianas permanentes que no se pueden ni subir ni bajar –para los que nunca las vieron son una especie de rejas en horizontal–.
Además, aprovecho para decir que un sistema de ventilación tan malo no puede ser bueno. Ni se puede disfrutar del aire fresco de la calle en verano ni del sol en invierno, por no mencionar que la luz del solar se desperdicia totalmente, teniendo que encender las luces en todo momento.
Con esta nueva entrada quiero dejar claro mi descontento con la universidad en este sentido. Hay que cuidar al planeta y hay que ser precavidos ante posibles accidentes.